5 de octubre de 2012

Epílogo de tres Sonetos: I

Y que de mil horas! si no son contigo
como he de verte después de la ausencia taciturna?
nos sobro la distancia, llenó de letargo el sentimiento.
Y que de mil horas! si no son contigo.

El zarco de este mar se marchita con las olas.
Se recogieron las estrellas, la luna quedó sola,
luna que nos quiso y que ávida nos espera.
Y que de mil horas! si no son contigo.

Recuerdo caminar de tu mano sin presencia del hastío,
de momento el mendrugo se posa sobre la mesa tremulante.
Tus recuerdos se me marchan, dejan una memoria vacante.

Soledad pasajera, te quedaste, no te has ido,
te enamoraste tanto de mi que no te marchaste,
no has hecho maletas, no veo equipaje.

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