21 de agosto de 2012

Omnia

Que vacío dejan las olas cuando regresan al mar.
Que vacío.

Se llevo todo aquello que creyó insignificante a su paso.
Todo aquello.

Pétalos, madera, metal, concreto.
Todo aquello.

Mis ojos solían disfrutar de semejante inmensidad,
mis oídos del crepitar.

El agua tomo por propio lo que por proporción le corresponde.

Hoy mi patio son kilómetros de agua
y mis mascotas tienen escamas.

Convirtió el cemento en cuaderno
y como si de espiral fuera arranco cada una de sus hojas,
luego lo transformo en cartón,
y lo humedeció hasta hundirlo.

Hoy mi patio son kilómetros de agua
y mis mascotas navegan por toda la casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario